Las especies amenazadas detrás del muro de Donald Trump
- Lagartopia
- 12 ago 2018
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 13 ago 2018
Por Valentín Fernández Michelini | @Fm_Valentin
La intención del presidente de los Estados Unidos de extender las vallas fronterizas entre su país y el territorio mexicano provocaría un impacto ambiental en más de 800 especies, 100 de ellas en peligro de extinción.

La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos estuvo cargada de un nacionalismo tal que tuvo como una de sus bases la promesa de la construcción de un muro que abarque toda la frontera con México, con el objetivo de impedir la inmigración ilegal. El tema tuvo una repercusión política enorme alrededor del mundo, pero sin tener en cuenta una arista muy importante de fondo: el cuidado del medioambiente.
Actualmente, Estados Unidos y México están separados en la línea del Condado de San Diego por dos o tres capas de vallas fronterizas con un camino de acceso entre ellas. La valla principal se construyó en la década de 1990 y una cerca secundaria permanentemente iluminada en 2008.
Ahora, y siempre sin tener en cuenta los efectos ambientales, se prepara la construcción de una nueva barrera. Este nuevo muro fronterizo reemplazará las vallas; los diseños de prototipos sugieren que será sólido y mucho más profundo bajo tierra que las estructuras actuales, deteniendo cualquier movimiento natural remanente de semillas, polen, insectos y una gran cantidad de pequeños animales como lagartos, serpientes, ratones y otros mamíferos a través de la valla.
El muro, que comenzó a extenderse lentamente a fines de marzo en la frontera Sur, fracturará artificialmente las poblaciones de plantas y animales del límite entre países. Como si fuera poco, también se genera un impacto negativo en la investigación científica de la zona, fundamental para proteger la vida silvestre y las vías fluviales.
José Alberto Burquez Montijo, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), charló con Lagartopia al respecto y subrayó que en la frontera del lado estadounidense es casi imposible trabajar, ya que los agentes fronterizos tienen por política sacar a todas las personas que no tengan permiso específico de trabajo en la franja. En el lado mexicano, en cambio, no hay impedimentos.
El doctor por la Universidad de Cambridge destacó también que la inversión directa por parte de agencias gubernamentales para la investigación científica en ambos países está seriamente comprometida. “La construcción del muro lleva asociada una mayor urgencia en acciones de investigación y conservación a nivel binacional, especialmente de universidades y ONG’s”, agrega.
En tercer lugar, Burquez Montijo añade que los gobiernos de México y Estados Unidos han ido abandonando el papel del estado en promover investigación y conservación de recursos naturales: “Los que tratan directamente con el manejo y la protección ambiental, como la EPA (Environmental Protection Agency) o el SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales), han relajado su política y en algunos casos revertido la protección ambiental”.
Por último, y en un análisis más general del asunto, el investigador del Departamento de Ecología de la Biodiversidad aclara que el muro frenará el paso de muchas especies, especialmente de mamíferos terrestres de tallas medianas y grandes, mientras que del aspecto migratorio fundamenta que “está demostrado que un muro, por más grande que sea, no detiene la inmigración”, por lo que es aún más lamentable el daño que se le está haciendo al medioambiente.
LAS CONSECUENCIAS DEL CASO
El doctor Gerardo Ceballos, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), le comentó a Lagartopia que en México ya hay una buena cantidad de estudios sobre el impacto del muro en las especies. Repitió hasta el hartazgo en diversos medios de su país que el muro de Trump podría condenar a la extinción a 800 especies animales, afectaría la cantidad y calidad de agua, la fertilización de suelos, la polinización y dispersión de semillas.
De las especies vulnerables, 180 ya están en riesgo de desaparecer, como el berrendo, los castores y los perritos de las praderas.
La región de la frontera norte es una zona ecológica muy diversa y la construcción de un muro representa una amenaza para estas especies, aunque hay unas más vulnerables que otras debido al tamaño de las poblaciones.
“El problema del muro con relación a las especies tiene que ver con la fragmentación del hábitat y de las poblaciones, así como hacerlas más vulnerables a fenómenos y catástrofes naturales, la falta de alimento y el cambio climático global”, comentó Ceballos, uno de los primeros en detectar la problemática del asunto y hacerlo visible.
Al impedir los movimientos migratorios de las especies se perdería la variabilidad genética, ya que se generarían problemas de endogamia. También el muro las haría más vulnerables ante riesgos ambientales como incendios, inundaciones y otros fenómenos naturales.
La falta de comunicación y preocupación ambiental ha creado una crisis de contaminación de aguas residuales en la región del estuario del río Tijuana, que ha causado no solo áreas inhabitables para la vida silvestre, sino también muchos cierres de playas en San Diego.
Por otra parte, el segundo impacto del muro construido en la frontera de México y Estados Unidos sería en los ecosistemas de pastizales, zonas áridas, montañas, bosques e incluso selvas que hay en la región de Tamaulipas y Texas.
Como remarcó el portal mexicano Vanguardia, además de afectar a las especies y los ecosistemas, el tercer impacto del muro sería en los servicios ambientales, beneficios que se obtienen del buen funcionamiento de la naturaleza, como la combinación adecuada de los gases en la atmósfera para mantener la vida en la Tierra, la cantidad y calidad de agua, la fertilización de suelos, la polinización y dispersión de semillas. Los servicios ambientales que son fundamentales para la vida en el planeta afectarían, por tanto, la calidad de vida de los pobladores y el microclima también.
LAS ESPECIES Y ZONAS MÁS AFECTADAS
La reserva de la biósfera de El Pinacate y el Gran Desierto de Altar, entre Sonora y Arizona, las áreas de protección de flora y fauna del Cañón de Santa Elena en Chihuahua, Maderas del Carmen en Coahuila, y la Laguna Madre y el Delta del Río Bravo en Tamaulipas, son algunas de las zonas más afectadas por el muro fronterizo en México, mientras que en Estados Unidos se ven perjudicados los parques nacionales Organ Pipe Cactus, Tumacacori y Big Bend.
"Poner un muro entre dos poblaciones lo que hace es que no se puedan comunicar entre ellas y en los animales esto es muy importante, porque el que pasen de un lado a otro fomenta el flujo genético, es decir, la mezcla de los genes, y eso hace que las poblaciones muy pequeñas que no tienen muchos individuos se vuelvan más vulnerables a la extinción", añadió el investigador Gerardo Ceballos, quien también remarcó que la débil población de jaguares en territorio estadounidense -apenas cuatro o cinco ejemplares- depende de la llegada de sus parientes desde tierra mexicana.
Para el Doctor del Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre el muro lograría un importante efecto también al bloquear o cambiar el curso de los numerosos arroyos que cruzan la frontera, alterando los patrones de infiltración y depósito de agua y desencadenando inundaciones y daños a la fauna.
Además del jaguar, otras especies amenazadas que cruzan constantemente la frontera, como el borrego cimarrón o el berrendo sonorense, tienen mucho que perder si se levanta un muro en su hábitat.
Venados, ocelotes, coyotes, gatos monteses o lobos son otros de los que cruzan constantemente esta vía que bordea el límite entre México y Estados Unidos, y también se sumarían a la lista.
“Si ponés un muro fronterizo gigante en medio de su hábitat, se cortaría el flujo migratorio para algunas especies, lo que les impediría recolonizar su territorio”, advirtió Aaron Flesch, experto de la Universidad de Arizona.
De esta manera, este notable cambio en el medioambiente que tan poco se visibilizó en el mundo, está en vilo de que la administración Trump termine de conseguir los fondos necesarios para continuar arrasando contra la ecología. El muro antimigratorio se convirtió en un muro de destrucción total para cientos de especies de las cuales muchas ni siquiera se sabe su utilidad. Según el experto Ceballos, se calcula que en el planeta hay entre 15 y 100 millones de especies, de las cuales sólo 2 millones han sido descriptas científicamente, y no se conoce la función ecológica de más del 90 por ciento, por lo que no saber sobre esa función constituye un problema, ya que muchas especies se pueden perder sin que se sepa su impacto a escala regional.
Ahora bien, ¿qué le importará esto a Donald Trump?
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