Por Tomás Onorato | @Onorato_Tomas
En 2011, estalló la guerra en Siria. Más de 324.000 personas perdieron su vida desde entonces en manos de los rebeldes, los terroristas o el Estado y sus aliados. Otras 6 millones huyeron a otros países. Operación César: en el corazón de la máquina de muerte Siria es la historia de un hombre que capturó las imágenes de más de 50.000 tragedias para enseñárselas al mundo.
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Garance Le Caisne es una periodista francesa que, luego de vivir en Egipto durante los ‘90 y cubrir las atrocidades de la Primavera Árabe, comenzó la búsqueda de César. El fotógrafo de la policía militar, exiliado en 2013, mantiene muchos recaudos sobre su identidad aún hoy. Sin embargo, a seis meses del inicio de su investigación, la reportera dio con el informante sirio, cuyo nombre es desconocido hasta hoy, pese a la fama de su seudónimo.
Operación César funde de manera homogénea sus dos funciones en base a la palpable admiración de su autora por César y su causa. El resultado es una cronología cargada de contenido descriptivo, datos casi a modo de prueba judicial e historias que mantienen al lector en vilo por su empatía con las víctimas. Más aún en un país como Argentina, donde los crímenes de Bashar Al-Asad y su padre pueden encontrar comparación con la última dictadura militar.
En su carácter de informadora, con algo de sentimiento justiciero, Le Caisne nutre el libro de datos que facilitan la comprensión del lector. No sólo con los mapas y el listado de seudónimos al principio del texto, o los croquis y documentos oficiales al final, sino también con la constante identificación de las locaciones, perpetradores y métodos. El compromiso de la periodista por denunciar lo que César debió atestiguar nutre el texto, mientras informa ampliamente sobre la geografía de Siria, junto con la organización social y política del país de medio oriente.
Por otro lado, se hace oír -más bien leer- la historia de un héroe: la batalla contra el terror, el dolor y la responsabilidad de defender a un pueblo masacrado hasta ser llevado a la guerra con su propio Estado. César inició su labor como fotógrafo de la policía militar en Damasco, capital de Siria, documentando las muertes de oficiales en combate. Pasado un tiempo, lo transfirieron a los hospitales de Tishrin y Mezé, fachadas de centros de detención -de tortura-, donde fotografió a decenas de miles de cadáveres. Entre 2011 y 2013, recopiló las imágenes tomadas, las ocultó de sus abusivos superiores, hasta que pudo enviarlas al exterior para empezar a conformar el “Informe César”.
La autora relata con devoción la hazaña del fotógrafo. No falla en reflejar su miedo a ser descubierto, puesto que en su informe también figuran colegas y oficiales desertores. Además, Le Caisne agrega historias paralelas de civiles, rebeldes, médicos, entre otros. Todas ellas tienen una única conexión: César documentó la muerte de sus amigos, familiares o colegas.
Operación César compila la tragedia perpetuada por un Estado homicida en un informe nacional a fuerza de admiración, tomando respiros para contar cómo se vive en esa tierra. Para concluir con la cronología del héroe (César), su autora critica la Justicia Internacional, que por inconveniencia, mal llamada diplomacia, mira para otro lado. Su denuncia a los organismos inactivos, son igual de importantes que las de Al-Asad.
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