Por Franco Medina | @FrancoMedina818
Hablar de Maradona indudablemente genera algo: bueno o malo, odio o amor, está presente en las personas, en Argentina o en el lugar más recóndito del planeta. Futbolísticamente son muy pocos los que se atreven a criticarlo, incluso es frecuente que lo describan como el mejor futbolista de todos los tiempos. Pero, ¿Quién fue Diego Armando Maradona antes de ser El diez, El Diego y el Pibe de Oro? Sobre todo, ¿Por qué llegó a ser lo que es?
Nació el 30 de octubre de 1960, en el Policlínico Evita de Lanús. En ese momento nadie sabía que ese bebé que llegaba al mundo iba a ser lo que es hoy. Quizás por un guiño del destino, su mamá, Dalma Salvadora Franco, encontró afuera del hospital un prendedor con forma de estrella que brillaba en el piso minutos antes de parir. Se lo puso y supo que su hijo iba a ser especial.
Doña Tota no se equivocó respecto al presentimiento que tuvo con su primer hijo varón. Néstor Lentini, deportólogo que integró el cuerpo técnico de Maradona cuando dirigió en Dubai y lo preparó para el mundial de 1994, explicó a Lagartopia que Diego fue un elegido. Según él, nació genéticamente para ser el número uno. Además, agrega: “Es muy habilidoso en otras disciplinas que tengan que ver con el movimiento. Entrenábamos en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) más de 5 horas por día, y cuando lo llevaban a recrearse con el boxeo, las indicaciones que le daba el entrenador nacional las aprendía casi inmediatamente, cuando a los boxeadores por lo general les costaba casi 15 días”. Otro ejemplo que relata el médico es cuando trabajaban en la cama elástica, el entrenador de este deporte no entendía con qué facilidad Diego manejaba su cuerpo.
Además de su don para los deportes, “El Diez” ya entrenaba involuntariamente desde muy chico. En su libro, cuenta con humor e ironía que en su casa de Fiorito hacía pesas cuando tenía que ir a buscar agua potable hasta la única canilla instalada en la cuadra, con dos tachos de 20 litros de aceite. Fernando Signorini, preparador físico de Diego durante más de 10 años, agradece que Maradona no haya vivido en la época de las escuelitas de fútbol, porque lo hubiera limitado mucho. Por otro lado, explica que además de potenciar sus virtudes, lo que más desarrolló durante sus entrenamientos fue el instinto más relacionado a lo animal que a lo racional. A su vez, agrega: “Con el paso del tiempo fue conociendo y desentrañando los misterios del juego. Así, ese conocimiento conceptual que él adquiría le permitía resolver a favor de la eficacia la mayor cantidad de situaciones, en cualquier momento del partido o del terreno de juego”.
Según testigos de esa época, los años más felices de Maradona como futbolista fueron en sus comienzos en Argentinos Juniors, cuando todavía no era muy reconocido, lejos del negocio de fútbol, del encasillamiento dentro del sistema y del Diego como objeto de mercancía. Fue en este club de La Paternal donde más demostró la frescura y picardía traída Fiorito y que de hecho, nunca perdió. Respecto a esto, Signorini asegura que a Diego lo que más le costó aprender y que nunca quiso hacer fue a ser políticamente correcto: dejar de lado su rebeldía para poder pertenecer al sistema.
Doña Tota minutos antes de dar a luz a Diego Armando Maradona no se equivocó, su hijo es especial. Nacido en una villa, donde todo cuesta más, de familia humilde que a veces no tenía para comer y con un solo par de zapatillas, Maradona cumplió el sueño del pibe, el que muchos desean de chicos. Aprovechó el don que le dio la vida, o el prendedor brilloso con forma de estrella que encontró su madre y cumplió los sueños que anhelaba en su infancia.
Comments