Por Martina Mongelluzzo | @MarrMonge
Entre la exigencia y la excelencia
China, uno de los países más importantes e influyentes del planeta, tomó a la educación como un eslabón clave en su crecimiento para llegar a liderar la economía mundial, y la presenta como uno de los pilares fundamentales para una vida mejor y para el éxito de una persona siendo incluida a los niños desde su nacimiento.
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Según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, mejor conocido como las pruebas PISA, el país asiático ofrece uno de los mejores planes educativos del mundo, destacándose en ciencias, que incluye conocimientos en física, vida de la Tierra y del universo. Las pruebas PISA pertenecen a un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para evaluar la formación de los alumnos al finalizar la etapa de enseñanza obligatoria hacia los 15 años.
Caracterizado por su feroz competitividad, durante los primeros nueve años académicos, la educación en China es obligatoria y completamente financiada por el Estado. La escuela primaria la inician alrededor de los seis años de edad, donde los niños comienzan un ciclo de memorización y disciplina, aprenden a leer y a escribir en chino. Al finalizar esta etapa, los estudiantes asisten a la escuela secundaria que se divide en dos: el primer ciclo dura tres años y sigue siendo costeado por el Estado, luego le siguen tres años de bachillerato que empiezan a ser pagos y dejan de ser obligatorios. En estos últimos años de escuela secundaria, los alumnos se preparan para rendir el Gaokao, una de las pruebas de selección universitaria más difíciles y más competitivas del mundo que pone a prueba el dominio de conocimientos en chino, matemáticas, inglés y un cuarto tema a elección entre física, química, geología, biología, ciencias políticas o historia.
El Gaokao (考高) no sólo es un examen, sino que es un momento crucial para el futuro de los jóvenes que pretenden ir a la universidad, estimado como una etapa honorable para las familias. Es rendido en junio por 10 millones de personas aproximadamente, en simultáneo en todo el país con una duración de nueve horas. Es considerado como un pilar de la equidad y la justicia en China, debido a que su resultado determina la vida profesional, económica y familiar
del alumno.
El Gaokao existe desde 1952 y es parte del legado de Mao Tze Tung, fundador de la República Popular China y su máximo dirigente desde 1949, pero la presión, estandarización y exigencia proviene de la tradición de la China Imperial. Solamente el 0,2% de los estudiantes que toma el examen accede a una de las universidades que integran los cinco primeros puestos del World University Ranking realizado por el Times Higher Education.
Luego de los resultados de las pruebas PISA, muchos países pretendieron copiar este sistema educativo. Sin embargo, Yong Zhao, profesor experto en educación de la Universidad de Oregón y nacido en China, señala en su libro ¿Quién tiene miedo del Gran Dragón Malo? ¿Por qué China tiene el mejor (y el peor) sistema educativo del mundo? que la educación en China “ahoga la creatividad, extingue la curiosidad, asfixia al individuo, arruina la salud de los jóvenes, amarga a los estudiantes y a sus familias, corrompe a profesores y directivos, y perpetúa la injusticia y la desigualdad” debido a que esos conocimientos adquiridos, provienen del aprendizaje de memoria, pero que aún así es considerado el mejor sistema educativo por sus altas notas en los exámenes internacionales. En esta cuestión también coincide Rafael Robles Loro, profesor de filosofía en España y ex docente en Estados Unidos, Irán, Chequia, China y República Dominicana, señala que la exigencia “viene dada por la pobreza y el poco número de universidades en comparación con tanta población que quiere estudiar” y que esa exigencia “no conduce a ningún sitio: solo memorizar y memorizar”.
La opinión de un ciudadano
Antonio Fernández, filólogo en inglés y profesor de español en la provincia de Guangdong en China, señala que para la mentalidad de Occidente, este sistema educativo “no fomenta la autonomía del estudiante, no fomenta el sentido crítico y las metodologías están bastante anticuadas”. Además, agrega que está pensado exclusivamente en el volumen enorme de población que tiene el país “porque está orientado a una fuerte selección de estudiantes que, evidentemente, fomenta muchísimo la competitividad entre ellos” y que “fuera de lo meramente organizativo, en base a los contenidos y a la metodología, es un sistema que se apoya demasiado en el examen y el resultado”. El docente expresa que es cierto que el nivel de matemáticas es “probablemente” el más alto del mundo, y que los resultados medios son muy altos, pero “al final todo se aprende de manera bastante mecánica y sin apenas profundidad” con la finalidad de que los alumnos aprueben cuantas pruebas les sean posibles.
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