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“Me esfuerzo en Argentina para poder ayudar a los que necesitan en Senegal”

Foto del escritor: LagartopiaLagartopia

Actualizado: 15 ago 2018

Por Franco Medina | @FrancoMedina818


“La vida te abre oportunidades: las tomás o te quedás con miedo de tomarlas”, dijo alguna vez Jim Carrey. Quien no tuvo miedo fue Ndathie “Moustafa” Sene, presidente de la Asociación de Residentes Senegaleses en la Argentina (ARSA), que a los 23 años dejó la región de Thies, en Senegal, para vivir en Buenos Aires en busca de una vida mejor.



En un sábado lluvioso y con café de por medio, Sene detalla en un castellano más que aceptable que hace aproximadamente 10 años vive en Argentina, es empleado público y estudia abogacía en la Universidad De Buenos Aires (UBA). “Argentina es un país que tiene muchas oportunidades, en mi caso estoy muy agradecido con el país, no porque me haya entregado nada, sino porque yo busco salir adelante y crecer”, expresó el joven.


- Senegal no tiene representación diplomática en Argentina desde mediados de 1990, y eso a la hora de hacer los trámites legales representa una dificultad, ¿De qué otra forma obtienen la documentación para la radicación?

- Lo más importante es contar con el ingreso legal al país, tener una visa y viajar legalmente a la Argentina. En el país, además de este, hay tres criterios migratorios para poder acceder a la radicación. Uno es tener un trabajo en blanco, que es un poco complicado porque si el turista no puede trabajar, ¿cómo podés empezar a tener un trabajo en blanco, si todavía no podés acceder a un papel? Esto por otra parte es un poco difícil, porque muchos empleadores prefieren mantener a sus empleados en la ilegalidad, porque es una demostración de poder, dicen “quiero que me tengas miedo”, “mañana te vamos a deportar, no me vas a reclamar ningún derecho”, “no me vas a pedir que te aumente el salario”. Hay muchas empresas que no quieren cumplir con los requisitos formales y estas cosas hacen que muchos no tengan ganas de ir a migraciones y enfrentar ese tramite para llegar a ser empleado en blanco. El otro requisito es tener familiar argentino, es un punto que ni yo quiero mencionar, porque es algo que debería llegar porque sí, porque es la vida, pero que uno se case porque quiere obtener la radicación es injusto. El tercer criterio sería el más fácil: te anotás como alumno en una institución y podés acceder a la radicación, mientras seas alumno regular. En este sentido no todas las instituciones están inscriptas en las listas de inmigraciones y pueden otorgar la radicación a los inmigrantes, aunque seas un alumno de los mejores no podés acceder a la residencia. Yo mismo trabajo todos los días para que mis compatriotas vayan a estudiar, no para tener la radicación, sino para formarse, para poder saber las leyes, para que tengan una formación integral.


- ¿Qué situaciones dejan de lado cuando deciden emigrar?

- Muchos compatriotas vinieron a pesar de que en Senegal tenían una vida que podría considerarse mejor que su situación actual. A veces no calculamos el precio de la oportunidad, como estar lejos de tu familia tanto tiempo. Allá algunas personas, aunque ganaban menos tenían estabilidad laboral, estaban cerca de sus amigos y podían criar a sus hijos, entre otras cosas. Igual la experiencia es distinta, estar afuera también tiene su parte positiva, uno aprende mucho, se enfrenta a situaciones que debe superarlas cotidianamente y esto es algo que te fortalece cada día. En mi caso, más que nada dejé de lado mi casa, cosa que extrañé un montón, fue muy difícil para mí. Después la universidad, estudiaba Literatura y dejarlo fue muy difícil, pero me di cuenta que de igual manera acá podía venir y estudiar otra cosa.


- ¿Volviste a Senegal en estos casi diez años que estas en el país?

- Volví dos veces. No soy de viajar tanto, primero por trabajo y segundo por lo económico, no estoy ganando el dinero suficiente para gastarlo en pasajes: sale muy caro ir a Senegal. Además, llegas allá y te encontrás con gente que realmente necesita el dinero y no podés no ayudarlos, entonces siempre está bien esforzarme en Argentina para poder ayudar allá. Prefiero quedarme dos, tres o cuatro años acá para juntar ese dinero, y después ir.


- Estudiabas literatura y tenías español, ¿esto ayudó a tu proceso de adaptación?

- Sinceramente no me costó tanto adaptarme, ya entendía bastantes cosas y tenía una base, pero solo me faltaba practicar. Esto me permitió integrarme y encontrar trabajo, siempre con la visión de mejorar mi situación personal y profesional, poder ayudar y también asesorar a todos mis compatriotas que están acá y que no tuvieron las mismas oportunidades que yo. Si bien en mi caso me integré en ciertos ámbitos, sigo buscando esta adaptación que tiene que ver con la cultura, lo que vivimos acá y lo que vivimos allá. Tenemos que dejar de hacer ciertas cosas para adoptar otras propias de Argentina y poder formar un conjunto identitario especial. Disfruto un montón esto, sentir que tengo dos culturas: una que viví un montón y es mi sangre y no va salir de mí. Y la otra que es del lugar, del ambiente que ahora estoy viviendo y lo pienso hacer muchos años más.


- ¿Cuál fue la diferencia más grande que encontraste entre la cultura senegalesa y la argentina?

- La diferencia principal es que en Senegal vivimos más de 16 etnias, por lo que ahí ya tenemos una diferencia enorme dentro de la misma cultura, lo que también nos ayuda mucho a entender que acá encontremos una distinta. Y así como nos facilita esto, también nos ayuda en la inserción de una nueva cultura. Convivir con -las etnias- Diola, Wólof, Tukuleur, ya nos da una enseñanza a ser similares, pero a su vez diferentes. Sin embargo, hay un enfrentamiento que es distinto. La tolerancia de ciertas cosas son distintas hoy en día. Por ejemplo, en Argentina no podemos hacer algunas prácticas como las hacemos en nuestro país de origen, pero no es algo tan importante, tenemos que acomodarlas de cierta manera para que ustedes, como sociedad, puedan verlas, entender y aceptarlas. Senegal es un país musulmán, donde todos se ponen a rezar en la calle, no pasa ningún auto a las 2 de la tarde. Acá se preguntarían qué es esto, y pensarían en un fanatismo religioso. Entonces, uno también trata de respetar las normas culturales del otro, no es algo que no me deje dormir, sigo siendo yo, respetando mi cultura pero valorando la cultura del país donde resido, tratando de adaptarme lo mejor posible.


- ¿Sentiste que alguna vez te discriminaron o te faltaron el respeto en Argentina?

- Creo que existe respeto. Pero lamentablemente como seres humanos siempre solemos violar derechos de los demás, y eso existe acá, en Senegal, y en otros lugares. Acá, hay distintos profesionales, sea policía u otras instituciones, que quizás no respetan ni saben controlarse frente a ciertas situaciones, o frente a nuestro desconocimiento de ciertas normas y reglas. No saben actuar de una forma distinta. Siempre digo que esto hay que denunciarlo, siempre que un policía actúa de una forma que no es la legal, siempre hay que denunciarlo.


- Últimamente, en la sociedad y sobre todo en los medios, hay una demonización a la religión musulmana a raíz de ciertos atentados, por ejemplo, el de Barcelona. Cómo practicante de esta religión, ¿Qué pensás de esto?

- Me hago llamar Moustafa, porque es el nombre del profeta, no es mi nombre real, mi nombre es Ndathie. Como practicante yo soy muy orgulloso de mi religión, pero gracias a Dios aprendí a manejarla, eso no quiere decir que todos tengan esa suerte, y esto es como manejo mi vida también. Creo que no solamente los medios hacen esto, sino que nos gusta pensar mal de la gente, pensar mal de las instituciones y de las religiones, pero estas no tienen nada de malo, están hechas para implementar o por lo menos colaborar a un cierto orden mundial digamos. Si es que hay otra gente que utiliza la violencia dentro de la religión, que sea musulmán, católica o judía, hay que tener en cuenta que son personas que exceden los límites de la religión misma y hay que castigarlos, si la religión lo puede castigar lo va hacer, no castiga tal como lo hacen las leyes o el Estado, pero si tienen que saber que ellos tienen un castigo reservado. Sabemos que el Islam es una religión de paz y que por una, dos o tres cosas no nos vamos a dar como vencidos de que tenemos la peor religión. Al contrario, hoy en día hablan de muchos atentados en distintos países pero se olvidan que en los mismos países musulmanes también ocurren y se mueren personas todos los días. Los medios juegan mucho en la conciencia de los seres humanos y hay que tenerlos en cuenta y respetarlos. Por eso creo que los periodistas tienen gran responsabilidad: lo que dicen, esa verdad o mentira, tiene mucho impacto en la conciencia de los seres humanos.

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