Por Andrés Scarola | @AndyScarola
Sebastián Bortnik es especialista en seguridad informática. Es miembro fundador de “Argentina Cibersegura”, una ONG que desde 2011 se ocupa de afrontar los problemas cibernéticos cotidianos de los ciudadanos (virus, hackers) y en su mayoría inadvertidos. Una particular problemática atrapó la atención de Sebastián y compañía, y la organización dio un giro fundamental para el nuevo blanco: la lucha contra el grooming.
![](https://static.wixstatic.com/media/16da5e_7c38daa2200449a0bde0448b4fcd4796~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_643,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/16da5e_7c38daa2200449a0bde0448b4fcd4796~mv2.jpg)
“Creo que de una u otra forma nos hemos convertido en referentes de este tema en el país”, asegura Bortnik. Las conductas emprendidas adrede por un adulto con el objetivo de crear una conexión afectiva con un menor, con el fin de poder abusar sexualmente de él o violar su privacidad, despertaron el interés de este grupo de especialistas y abogados expertos en delitos informáticos en ocuparse de un tema que el Estado no observó. ¿Falla el sistema educativo? ¿Los padres se “avivan” tarde? Un fanático del básquet, de los viajes y del cappuccino, que llegó a ser orador TED en relación a este tema, pone de manifiesto los peligros que afrontan los chicos frente a la pantalla del celular.
Desde 2012 se abrieron más de 20.000 causas de grooming en toda la Argentina -unas 11 por día- y en Capital Federal se pasó de 65 denuncias ese año a 3174 en 2015. El ciberacoso y el grooming comenzaron a estar presentes en aspectos de la seguridad informática, y tomó tal impulso que se convirtió en el principal objetivo de la organización, que da charlas en escuelas de todo el país. Bortnik no considera que fueron “visionarios”, aunque sí reconoce que tuvieron la virtud de poder observar la situación. En 2016, Argentina Cibersegura dio 347 charlas, y las encuestas de satisfacción arrojaron un 100% de buenas impresiones, variantes entre “excelente”, “muy buena”, o “buena”.
En una charla TEDxRioDeLaPlata, Bortnik acudió a una llamativa analogía entre el mundo digital y la realidad: “No es lo mismo que tus padres te enseñen a cruzar por las esquinas, a llegar temprano, a cuidar las llaves y a no hablarle a extraños, y después te dejen salir solo a la calle, a que te dejen salir sólo y luego te vayan enseñando las cosas en situaciones circunstanciales. Lo mismo pasa con el uso de internet”. En esa charla, el especialista diferenció puntualmente lo “virtual” de lo “digital”: “Si lo buscás en el diccionario, algo virtual es algo de existencia aparente y no real, y usamos esa palabra para referirnos a internet. Y ese es el problema del grooming, es que es real. Por eso, dejamos en claro que se trata de un mundo digital, porque es tan real como el mundo físico”.
- ¿Cómo llega una analogía tan sencilla a ser una clave en los cambios que buscan generar?
- Todas esas cosas las fuimos aprendiendo con los años, y esta analogía del mundo físico y del mundo digital, para nosotros se volvió una bandera. Nos dimos cuenta que a la gente le costaba dimensionar lo que pasaba en internet, lo ven como un lugar distinto. En realidad, son computadoras conectadas entre sí, estas chateando y del otro lado hay otra persona. Hacer esta analogía es clave. Nosotros les decimos a los padres: ‘Imagínate que los chicos salen a la calle, y no saben que hay accidentes de tránsitos, que hay robos, que hay pedófilos’. Es ridículo, nadie sale a la calle sin saber eso, nadie saca el carnet de conducir sin saber que hay accidentes de tránsito, y ningún nene empieza a usar los cubiertos sin saber que el cuchillo es peligroso porque se lo dijimos mil veces. Pero les damos internet sin avisarles de los riesgos. Hoy lo que buscamos es abrirle los ojos a los chicos, desde el punto de vista de incorporar un conocimiento: hay que cuidarse en internet.
De todos modos, muchos adultos se resisten a entrometerse en las nuevas tecnologías por el mero hecho de no tener mayores conocimientos que sus hijos. ¿Se trata de una cuestión de orgullo? Argentina Cibersegura no sólo ha organizado charlas con estudiantes y docentes, sino que también se ha reservado un espacio para padres, cuyos inicios no fueron alentadores pero en los últimos años el crecimiento en la audiencia ha sido a escalas increíbles. “En mi opinión creo que la ignorancia y la comodidad pesan más que el orgullo”, sostiene Bortnik. Volviendo a la analogía con las frases, hay otra que encaja perfectamente en la relación adultos-tecnología: “Mucho peor que no saber es no saber que no sabes".
Otro aspecto señalado por el experto es la comodidad, en lo que añade: “Hay algunas excusas que terminan haciendo que padres y docentes muchas veces digan: ‘Bueno, sé que ahí hay algo, sé que los chicos tienen que cuidarse pero me es tan difícil acercarme a la tecnología que priorizo otras cosas’. Pasa con todo, con el cigarrillo, las drogas, tomar y conducir. ¿Cuántos padres dijeron ‘a mí no me va a pasar y sus hijos chocaron borrachos con el auto?”. Cómo sociedad se ha instalado el tema de que los chicos “la tienen clara”. Para completar los argumentos de los errores en los padres, Bortnik termina el cappuccino y de paso rompe un mito: “Vos hablás con los chicos, y no la tienen clara. Y no sólo eso, sino que les encanta que los ayudes, hacerte preguntas y escucharte”.
- ¿Por qué uno sabe a los doce años que no puede manejar y no puede saber que no puede distinguir entre un adulto y un menor en una red social? ¿Por qué una cosa nos es tan natural y la otra tan antinatural?
- Hay una variable que no es menor que tiene que ver con la edad en la que le hablamos a nuestros hijos de estos temas. Le tenés que hablar a los ocho, cuando no empezó la edad de la rebeldía. Si mi viejo me hubiera empezado a decir a los quince años lo que está bien y lo que está mal, y sí, la adolescencia es jodida. Hay que hablarlo antes, cuando el chico está más dispuesto a escuchar a los padres. Cuándo llegás a la adolescencia, como me pasó a mí, que empecé a salir al boliche, a tomar alcohol, ya venía de cuatro o cinco años dónde mis viejos me dejaron en claro lo que estaba bien, lo que estaba mal y lo que era riesgoso. Yo desde el minuto uno que tome una cerveza sabía que el alcohol era peligroso y que había límites que no tenía que pasar. Después uno puede hacer más o menos caso, pero lo que no estaba en duda era que a mí ya me lo habían dicho. El problema de ahora es que le estamos hablando tarde a los chicos, cuando ya no nos quieren escuchar.
De todos modos, es muy común ver discusiones entre padres e hijos, donde los más chicos acuden a la queja por invasión de privacidad, y se resisten a aceptar como amigo a los padres en una red social. La opinión de Argentina Cibersegura es muy particular: no hay que entrometerse en la privacidad de los chicos cuando son adolescentes, de trece años para arriba. Esa afirmación, tan trabajada y auto desafiada durante decenas de reuniones por parte de sus miembros, no hace más que justificar el accionar de una buena formación de conocimientos en torno a la navegación: llegar a la adolescencia con las herramientas para cuidarse solos y saber cuándo pedir ayuda. “Pero a esa edad, entrometerse en su privacidad lo único que puede generar son más riesgos”, advierte Bortnik, y completa: “Los chicos empiezan a crecer y buscan privacidad. Hoy, internet les da esa privacidad, aunque con un montón de riesgos, pero hay que controlarlos, y ese control no es la invasión. Esa invasión genera mucho más riesgos de los que saca”.
- Sin dudas la seguridad informática como materia de trabajo en los colegios es prácticamente inexistente, ¿es un error del sistema educativo?
- Definitivamente. Sin ir más lejos, hace poco un familiar mío de 13 años se estaba abriendo una cuenta en una red social. Me viene a decir que no se puede loggear, y cuando empezamos a ver el tema, resulta que se estaba queriendo meter en Snapchat con su usuario y contraseña del mail, pero nunca se había registrado. Entonces lo que digo es, que si a un chico de trece años no le enseñaron lo que es un usuario y una contraseña, la privacidad, un registro de usuario, ¿cómo le van a enseñar a cuidarse? Yo estoy convencido en que el sistema escolar está en falta en muchos aspectos, y el ejemplo que doy siempre es el de la educación sexual. Lo que digo es, que así como un chico debería recibir educación sexual, también debería recibir educación sobre navegación segura en internet. Se supone que la escuela nos prepara para la vida, y esto está pasando en la vida de los chicos. No entiendo por qué un chico de trece años tiene que aprender ecuaciones y no esto ni educación sexual. Deben tener el mismo nivel de relevancia, son cosas que les servirán para su vida. Ojalá cambie, pero no creo que pase en el corto plazo. Mientras tanto, seguiremos con las charlas en los colegios, aunque entendemos que no es nuestro lugar, nosotros estamos ocupando el lugar de otro, temporalmente. No somos enemigos del Estado, lo estamos ayudando hasta que se organice, estamos ayudando a los chicos hasta que los docentes se preparen.
Comments